Ese día de
Destino arrancó de los surcos del Istmo a una de sus cifras más prometedoras,
el joven de 22 años Polidoro Pinzón, a esa juvenil edad, ya había
llenado el parnaso de la Patria con sus versos a la Madre ausente, al Guardia
Compañero y al guerrillero, revolucionario que había abandonado la novia y el
hogar feliz, para desde los cerros y llanos llenar de libertad la nación
adolorida y en donde se conculcaban los derechos del cholo sin tierra, del
estudiante sin aulas, del obrero sin salario decoroso.
Estas líneas
van dirigidas a los jóvenes panameños, llamados por la fuerza de sus mentes e
ideales y el espíritu sin contagio que les adorna.
Son los
jóvenes entonces los llamados a levantar el lábaro de Justicia Social y
Libertad, que en su momento soñó el Revolucionario auténtico y singular poeta
que fue Polidoro Pinzón Castrellón.
¡Hasta siempre Comandante, la aurora te saludará
heroico!
Presencia de
Polidoro Pinzón
"Polidoro tomó ejemplo del tribuno revolucionario y capitán de las milicias populares", Manuel Celestino González (Gonzalito).
Por: FLOYD BRITTON
Para que hubieran libros y pupitres, y edificios escolares y programas educacionales científicos, no bastaba la buena fe y el manifiesto, la hoja volante y el juvenil desplegar callejero de las masas estudiantiles; algo distinto y más complejo urgía, y tras eso encaminó sus pasos por el resto de su existencia física el Comandante Guerrillero Polidoro Pinzón Castrellón.
Tras los hechos de mayo y octubre, en medio del transitar de planes fugaces y búsquedas renovadas de caminos y frutas, los fracasos y la represión convencieron del carácter limitado del movimiento estudiantil, la imposibilidad de su aspiración de ser vanguardia de la revolución, la necesidad de la organización política y militar en estrecho vínculo con las masas proletarias y campesinas.
Polidoro se vinculó estrechamente a los obreros y a los campesinos, afianzó sus contactos estudiantiles e integró a su lucha a algunos intelectuales. Recorrió los campos y las chozas de los desheredados de tierra adentro en busca de apoyo con un mensaje de esperanza en el futuro de los fusibles empuñados por el pueblo y sus destacamentos de vanguardia. Pensaba que las milicias del tiempo de ′Gonzalito′ fueron buenas; pero si se les añadía la poderosa argumentación de las armas y el programa político revolucionario postulado por una vanguardia combatiente entonces las clases populares tendrían abierto el camino para la solución de sus problemas.
Pero mientras Polidoro avanzaba, los círculos dirigentes del movimiento estudiantil se desviaban por los caminos de la conspiración por arriba, intelectualizada y sin raíces de masas, buscando fuerzas más en la ruta tradicional del golpismo que en el desarrollo de una fuerza propia y bajo una concepción clara del poder para el pueblo; (...).
Al despuntar los primeros rayos de luz anunciando el nuevo año de 1959, el teletipo y el éter anunciaron el triunfo revolucionario de los barbudos de la Sierra Maestra, comandados por Fidel Castro y victorioso en la decisiva campaña de las Villas en operaciones dirigidas por Camilo Cienfuegos y el Che Guevara. Fidel Castro y los suyos, habían logrado derrumbar por medio de la acción política armada el régimen tiránico de Fulgencio, pulverizando su ejército profesional y mercenario, destruyendo todo el aparato burocrático y represivo, desorganizando el poder político tradicional e instaurando -con el correr de los meses- un régimen político dirigido y sostenido por los guajiros, los obreros, los intelectuales progresistas y los guerrilleros populares; fuerzas todas estas que no estaban comprometidas con el pasado.
Los logros y la experiencia cubana coincidían y profundizaban las intuiciones y la experiencia política de Polidoro. En la epopeya de Fidel Castro y el Che Guevara, encontró Polidoro una fuente de inspiración, un ejemplo a seguir, la concreción de sus concepciones y de sus sueños de joven revolucionario y patriota. Antes y después de la acción armada de Cerro Tute, Polidoro siguió de cerca el proceso revolucionario cubano y decía que era un ejemplo digno a seguir, que la Revolución cubana era la conversión de los anhelos de la juventud de Panamá y Latinoamérica de tomar el poder por la vía única de la acción política armada y transformar las estructuras económicas y sociales de manera profunda y radical. Fue siempre para él una revolución a defender de los ataques de los pseudo revolucionarios, de los politiqueros electorales de fraseología pseudo-marxista, de los revisionistas dedicados a menoscabar la fe del pueblo en la lucha armada, y de los que públicamente se declararon revolucionarios y marxistas-leninistas para enmascarar su condición de politiqueros al servicio de los intereses del imperialismo y de la oligarquía.
Con su acción del Cerro Tute, su exilio honroso, su posterior labor de estructuración revolucionaria organizada y de diáfana teorización hacia la juventud de la necesidad de la organización política revolucionaria, del camino único de la lucha armada ardua y prolongada y su impulso militante de la lucha política de masas en sus distintas facetas, Polidoro nos legó un ideario de combate y un ejemplo a seguir.
En este mes de julio en que se cumple un aniversario más de su muerte, inclinamos solemnemente nuestro rojo pendón revolucionario en homenaje al esclarecido dirigente revolucionario que legó su pensamiento y su acción a los hombres que en Panamá están comprometidos a expulsar al imperialismo yanqui y aplastar la dominación de sus lacayos oligárquicos. Hoy nuestra juventud debe tener como máxima aspiración, ser como él.
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