Durante estas últimas semanas, la Universidad de Panamá ha sido objeto de críticas por un sector mayúsculo de la sociedad, pero también de discusión y de debate en cuanto a cuál debe ser el nuevo rumbo que debe emprender nuestra máxima Casa de Estudios, a partir de los hechos irregulares que han dejado en entredicho la capacidad de administración de las actuales autoridades universitarias.
En un anterior comunicado, nuestra organización sentaba postura ante lo que fue, en ese entonces, una coyuntura universitaria sobre la destitución de docentes detractores del Rector Gustavo García de Paredes, aupada por la prensa burguesa. Como habíamos explicado, en aquel momento, el descontento de la comunidad universitaria no respondía únicamente a la destitución de docentes (algunos de ellos fieles gustavistas que terminaron mordiendo la mano que mucho tiempo les dio de comer), sino también por las graves condiciones de educación en que se encuentra la Casa de Octavio Méndez Pereira, la cual lleva arrastrando por años el deterioro de una administración caracterizada por la corrupción, la compra de dirigentes universitarios (tanto administrativos, docentes como estudiantiles), la baja matricula universitaria, la “venia” que le hace la Rectoría a la proliferación a universidades de garaje, la infraestructura decadente, la carencia de instrumentos para laboratorios y tecnologías, en fin, plurales problemas que se conocen a lo interno de la Universidad de Panamá.
Sin embargo, no podemos dejar de denunciar, la clara intención que tienen sectores de poder económico de nuestro país, en tomarse la Colina y rendirla a los servicios del capital oligárquico. Es preciso advertir que hay intereses ocultos detrás de la campaña de desprestigio en contra de la Universidad de Panamá.
Y hablamos de desprestigio contra nuestra universidad, publica, gratuita y popular, en momentos en que sectores de la oligarquía criolla, hoy “grandes críticos” de nuestra educación, son quienes por años se encargaron de privar a la Universidad de Panamá de los mejores adelantos en cuanto a la tecnologías y presupuesto, acompañado del acostumbrado rechazo a las demandas y propuestas presentadas por docentes, trabajadores administrativos y estudiantes para mejorar nuestro sistema educativo, ante diferentes instancias del Gobierno panameño, tanto en el pasado como en el presente.
Lo que ocurre hoy en la Universidad de Panamá, es la consecuencia de una estructura universitaria corrupta y plegada a los intereses de las mafias de la Partidocracia que en cada gestión de gobierno, usan a la Universidad de Panamá como madriguera para emplanillar familiares, amigos y establecer alianzas “mordaza” para hacer de la “Conciencia Crítica de la Nación”, un ente dormido y sin debate ante los problemas nacionales.
Esto es evidente: no hace falta recordar que ante cada problemática nacional y luchas sociales que implican movilizaciones por parte de la sociedad, los primeros que ordenan el cierre de la Universidad son precisamente las actuales autoridades universitarias siguiendo órdenes de la Presidencia; esos mismos sectores oligárquicos que hoy señalan al Rector son los que no han soltado la teta del aparato estatal durante décadas, robándole millones al pueblo panameño y han despojado a la juventud de nuestro país del recurso necesario para tener una educación gratuita, científica y de calidad.
Nos encontramos, entonces, ante una escenario contradictorio y algo confuso para algunos: están aquellos que solo aparecen ante coyunturas electorales y hoy buscan la forma de sumar adeptos a sus intereses particulares en pro de una futura candidatura a la Rectoría; están aquellos que hoy se reclaman anti-gustavistas luego del desenlace poco satisfactorio de un divorcio político-laboral de la planilla universitaria; están otros que, bajo el disfraz de intelectuales o “sociedad civil”, buscan pescar en río revuelto para ganar simpatizantes a la causa última de privatizar el último bastión de pensamiento crítico del país.
Por supuesto, no pueden faltar aquellos que buscan forjar un movimiento reivindicativo y en “Defensa de la Autonomía Universitaria”, tratando de sumar apoyo ante una causa legitima, sin embargo terminan haciéndole el juego a los mismos grupos corruptos de siempre enquistados en la Colina; a esa rosca que gusta pavonearse cual dueña de la universidad, quienes ven en la crítica social una amenaza de perder sus cuotas de poder en la Institución con el que pueden negociar prebendas y canonjías.
Nada nuevo.
Pero nos toca a los estudiantes independientes, a los sectores patrióticos, y al pueblo consciente y solidario, rescatar a nuestra Universidad de esta batalla silenciada de sectores que tras bambalinas, orquestan todo un entramado político para hacerse con nuestra Universidad.
Lamentablemente, tenemos representantes estudiantiles ante el Consejo General Universitario que son incapaces de pensar por sí mismos y rebelarse a la desidia en que se encuentra nuestra amada Universidad, tal vez por miedo o porque no pueden romper compromisos adquiridos con las autoridades, y más vergonzoso aún: tenemos una llamada Federación de Estudiantes que pretende venderle al estudiantado el chantaje de que “el ataque a Gustavo García de Paredes es un ataque a la Universidad de Panamá”.
La Universidad de Panamá no puede ser el refugio feudal de una persona, ni vamos a permitir que utilicen la Autonomía Universitaria como escudo embustero para salir impunes de investigaciones que se adelanten por corrupción, nepotismo o malos manejos de los recursos de la Universidad, muchos menos vamos a permitir que la misma sea utilizada para personificar la adulación al Rector Gustavo García de Paredes, después de haberla ganado con la sangre valerosa de muchos mártires estudiantiles.
La autonomía universitaria, entendida, entre otras cosas, como la capacidad de los universitarios de darse su propio gobierno, definir sus políticas, proteger la libertad de cátedra, manejar su presupuesto y garantizar el derecho de organización de sus distintos estamentos, debe ser respetada tanto por los sectores que pretenden perpetuar una Rosca, como aquellos farsantes que se presentan hoy como los decentes en una campaña mediática orquestada por sectores oligárquicos, pero que solo ayer fueron parte de la persecución y la corrupción que hoy dicen criticar.
Llamamos a las diversas fuerzas universitarias, docentes, colectivos académicos, trabajadores administrativos, al Movimiento Estudiantil, crítico, independiente y combativo, y al pueblo panameño, a reflexionar sobre el papel que estamos cumpliendo los estudiantes en momentos en que se está comprometiendo el futuro de nuestro país, CADA DÍA DE INDIFERENCIA NOS ESTA COSTANDO EL DESCRÉDITO DE LA SOCIEDAD.
Nuestra propuesta parte buscando LA UNIDAD como un solo frente en defensa de nuestra Educación Superior y en contra de la corrupción universitaria, en contra del desprestigio malsano contra nuestra Universidad, en contra de la reelección y del gustavismo y a favor de una educación integral y de calidad, gratuita y formadora de una generación de jóvenes profesionales, patrióticos, conscientes y pensantes que siga aportando en la construcción de una sociedad justa y democrática.
POR UNA REAL Y VERDADERA AUTONOMIA UNIVERSITARIA!
A DEFENDER NUESTRA UNIVERSIDAD, DE LOS CORRUPTOS DE ADENTRO Y LOS CORRUPTOS DE AFUERA!
UN UNIVERSITARIO UNIDO JAMAS SERA VENCIDO!
A DEFENDER NUESTRA UNIVERSIDAD, DE LOS CORRUPTOS DE ADENTRO Y LOS CORRUPTOS DE AFUERA!
UN UNIVERSITARIO UNIDO JAMAS SERA VENCIDO!
Frente Estudiantil Revolucionario 29 de Noviembre
FER-29 Panamá.
FER-29 Panamá.
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