Familiares de las víctimas de la dictadura militar que liderara Omar Torrijos Herrera, Manuel Antonio Noriega y resto de la camarilla castrense de esa época recibimos con profunda satisfacción el fallo del jurado que condenó, el pasado viernes, al coronel (r) Cecilio Fischer, miembro de las Fuerzas de Defensa, por la desaparición forzada de Encarnación González, hecho ocurrido el 9 de agosto de 1969, en Cerro Azul, lugar cercano a la ciudad capital.
Aunque la justicia ha llegado de manera exageradamente tardía –y dicen que justicia tardía no es justicia- no podemos menos de reconocer como hecho histórico el que se haya llevado finalmente al banquillo de los acusados a quien perpetró un Crimen de Lesa Humanidad como fue el cometido contra un ciudadano panameño, dirigente luchador que, con valentía y arrojo, rechazó el golpe militar del 11 de octubre de 1968, como muchos otros en el pueblo
Queda esperar que el Tribunal decida la máxima condena contra el sentenciado a fin de que, por lo menos, de esta manera, se haga justicia al compañero Encarnación González por la detención arbitraria, la desaparición forzada, la tortura ciertamente y el asesinato, como también la denegación de justicia por décadas de que fue víctima su familia que, además del dolor, nunca olvidó y se esmeró porque llegara este momento de verdad y justicia.
Para que la verdad sea completa, urge conocer el paradero de los restos de este mártir de la lucha popular, por lo que el antiguo militar, acusado y sentenciado, debe hablar para tranquilidad sosiego de la familia del desaparecido y de aquellos que compartimos la dolorosa experiencia de tener familiares que corrieron la misma suerte a manos de los verdugos de la dictadura.
La complicidad de quienes hacen las leyes, posterior a la dictadura militar, durante el gobierno de Martín Torrijos, destinan a estos criminales a la tranquilidad de casa por cárcel, a quienes pasan de los 75 años de edad –el señor Cecilio Fisher tiene 78- mientras que el dolor sigue vivo en el corazón de los familiares de las víctimas y la impunidad rampante en la sociedad panameña. Esta suerte es la que, al parecer, le espera a Manuel Antonio Noriega una vez regrese a Panamá, por lo que se entiende su gran deseo de retornar.
Es de recordar que la justicia en muchos países suramericanos está actualmente procesando y condenando a militares acusados de crímenes cometidos durante la dictadura y llevándolos a la cárcel, no importando la edad avanzada que puedan tener.
A la ya tradicional inoperancia de la justicia panameña en el caso de los desaparecidos y asesinados de la dictadura se suman los diversos mecanismos que interponen los abogados de los imputados para retrasar paulatinamente, y por años, el llamamiento a juicio que les permite llevar una vida feliz y confiada, alejados de toda condena.
Una de las demandas de los familiares de las víctimas en la Mesa de Entendimiento con el Gobierno nacional es la creación de una fiscalía especial que asuma la tarea con prontitud y objetividad la investigación de todos los casos de desaparecidos y asesinados que están pendientes a fin de que se haga justicia y aparezca la verdad de la violación de los derechos humanos de la dictadura militar suyos mecanismos de impunidad aún siguen vigentes.
Comité de Familiares de Desaparecidos de Panamá Héctor
COFADEPA-HG
Miembro de la Federación Latinoamericana de Asociaciones de Familiares de Detenidos-Desaparecidos
FEDEFAM
“Por la Verdad y la Justicia… No a la Impunidad”
Panamá, 14 de julio de 2011.
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