Leyendo uno de los diarios de desinformación escrita, fue publicado el martes 5 de abril un artículo de opinión (abierto para algunos y cercado para otros) titulado “Azuzadores detrás de la dirigencia Ngäbe Bukle” en la que el autor derrama su intolerancia y su profundo desconocimiento de los derechos sociales y la lucha popular panameña; que se declara popular por los sectores pobres, trabajadores, progresistas y de los pueblos originarios al que supongo que el autor no pertenece y peca de ingenuo, y que tal desconocimiento inexcusable con aires individualistas y pseudo-progresistas le impiden ver más allá que una simple lucha anti minera en la comarca.
Primero, pasamos a exponer nuestra postura de forma educativa sobre la lucha de la Comarca Ngäbe Bukle.
Las luchas de la Comarca abarcan más allá de la construcción de minerías, donde el producto mineral será explotado, manejado, vendido, y utilizado en su mayoría, por no decir en su totalidad, por el capital transnacional y países extranjeros en detrimento del legitimo desarrollo social producto de la explotación minera, así como también lo ha sido las hidroeléctricas y complejos industriales propiedad del capital, en el cual sabemos muy bien que las ganancias y el producto comercial resultante de la explotación minera no se revertirá a la comunidad Ngäbe ni a la población comunitaria ni a la población panameña en general.
Y esto es así, porque salvo las raras bicocas dadas a la comarca y a grupos selectivos de la comunidad (que muchas veces se presta al chantaje y la compra de conciencia a luchadores comunitarios locales que estén en contra de la contaminación producida por la minería) dichos aportes no se comparan con las millonarias ganancias de grupos económicos extranjeros que explotando nuestras riquezas nacionales, vulneran nuestro medio ambiente en su integralidad (aire, suelos, aguas subterráneas, animales contaminados), la salud de los habitantes producto de la extracción química con cianuro del valioso mineral, que es un peligroso contaminante; y de igual forma la explotación minera en Panamá no es nueva: tomemos de ejemplo Petaquilla y los grandes desastres que han producido, la minería en Veraguas y a nivel internacional Minera Caudalosa (Huancavelica, Perú), el proyecto minero Corocoro (La Paz, Bolivia) y la Muriel Mining Corporation, en la frontera de Chocó y Antioquia, Colombia, todas sujetas a denuncia ante la Comisión Interamericana de Derechos Humanos.
En comparación con sus multimillonarias ganancias no se ha desarrollado ningún aporte significativo a la sociedad ni a la comunidad, al contrario se ha contaminado impunemente nuestros suelos, agua, aire e incluso nuestra fauna que son parte del alimento de los pobladores y han causado ya contaminación a personas sin aquellas empresas haber respondido por ello.
El lucrativo pero nefasto negocio de la explotación minera irresponsable también esconde oscuras intenciones a las que el gobierno de Ricardo Martinelli deja clara evidencia: las concesiones de explotación de nuestros suelos donde pone en riesgo la soberanía nacional con concesiones a largo plazo, es decir, el interés del capital extranjero que vulnera la territorialidad nacional. Un gran ejemplo es Honduras. ¿Cuántos hondureños no han dado su vida defendiendo su territorialidad contra el neoliberalismo vende patria? Cuantos han muerto defendiendo sus derechos ancestrales?
Segundo, si comparamos los derechos de los pueblos originarios y los derechos del capitalista burgués en riquezas, oportunidad de empleo, territorio (y lo señalamos refiriéndonos a la diferencia entre la propiedad privada del capitalista frente a la propiedad colectiva que sustenta a decenas o incluso cientos de familias): ¿Quién tiene mayor tutela jurídica? Los Ngäbe, no lo creo. Entonces traducimos esto como una desigualdad social tan arraigado al sistema que es imposible quedarse ciego, sordo y mudo durante tantas décadas de exclusión y olvido por parte de quienes nos gobiernan.
Años de resistencia y lucha por sus derechos ancestrales, por su autodeterminación, por su reconocimiento y por su dignidad como grupos étnicos no pueden medirse únicamente con problemas coyunturales; y lo más curioso de todo es que para los Ngäbes la comarca es de todos los panameños, no solo de un grupo, etnia ni mucho menos propiedad del Capital.
Según el autor, ¿Quiénes están detrás de las luchas anti mineras de la Comarca? Una estrechez de mente sin igual le lleva a reproducir el egoísmo anti patriota de sectores elitistas de entender una lucha nacional y de participar solidariamente contra proyectos que llenan los bolsillos de unos pocos y afectan la territorialidad, la salud y el ambiente de las mayorías, como una intención de un grupo, movimiento o frente en particular de sacar provecho político a un problema social.
Ciertamente a “azuzadores” y aprovechados son quienes pueden llegar a concluir con semejante bajeza, el apoyo solidario e incondicional de organizaciones como FRENADESO, SUNTRACS o el FER 29, en el plano estudiantil, ante la lucha que nos corresponde a todos los panameños. Aclaramos firmemente que la bandera de lucha anti minera la encabezo siempre y en todo momento los legítimos representantes de la Comarca y su pueblo y la Coordinadora, y que FRENADESO, CONUSI y muchísimas otras organizaciones que brindaron su apoyo a la justa causa socio-ambiental mostraron un nivel de respeto, reconocimiento y honestidad tal, de manera que de las luchas anti mineras en la Comarca Ngäbe Bukle nosotros fuéramos el eco de resistencia y organización popular ante tan leonino proyecto neoliberal.
Más que el convencimiento de una minoría injusta y cobarde, nos sentimos orgullosos de la larga lucha patriótica de los Ngäbes bukles y el reconocimiento de nuestro apoyo revolucionario a su lucha, a la que convencidos de nuestro papel en el movimiento estudiantil revolucionario de Panamá, henchidos de sensibilidad, honor y patriotismo respondimos al llamado: ÑAGARE A LA MINERIA!
Andzelo Villarreal
Frente Estudiantil Revolucionario 29 de Noviembre
FER 29
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